3 versiones de Shakira

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Por ÉDGAR GARCÍA OCHOA (FLASH)

Era menudita, bailando como un trompo, cantando como quejándose y hablando como un gurú. Apenas tenía 10 años. Esa es la primera imagen que tuve de Shakira cuando ella me visitó con sus padres, interesada en colaborar con una campaña que lancé en mi cotidiana columna en El Heraldo. Se trataba simplemente de hacerles a las quinceañeras marginadas de Barranquilla fiestas como millonarias. Así empezó mi alianza con la diva de la canción más famosa del mundo.

Curiosamente cuando Shakira cumplió sus 15 años fue modestísima su fiesta. Apenas asistieron padres, hermanos, sus músicos y, como único invitado, quien escribe. Pero comisioné a Lourdes (mi esposa), que en ese entonces éramos novios, para que me representara, porque la noche de su fiesta, yo viajaba a España. Antes de partir, le dije en el aeropuerto a Lourdes: "De la fiesta tráete un recordatorio, lo que encuentres. Debemos conservarlo, porque ella será figura mundial. Te acordarás de mí".

Y el recordatorio que me entregó cuando regresé de España, era una servilleta de papel con un pequeño logotipo que decía: "Shakira, magia musical".

Ahora, con motivo de su presencia en Colombia en marzo, y aprovechando que el 2 de febrero fue su cumpleaños, EL TIEMPO me contactó para que hiciera una semblanza de mi pupila donde no podía excederme de "media cuartilla". Difícil, he optado por recordar el episodio de la servilleta porque a lo mejor, para su álbum de los recuerdos, le pertenece más a ella que a mí.

Ahora me pregunto: ¿Me quedo con la servilleta, se la envío o se la entrego personalmente?



La causa de una amistad

Por: María Emma Mejía

A Shakira y a mí nos unió una amistad casi inmediata, que creció y se fortaleció por el interés común en algunas causas sociales. Nos conocimos en 1998. Yo como canciller y ella como una figura ya destacada de la música en el mundo, que recibía una condecoración en el Palacio de Nariño. Recuerdo que hubo, desde el primer instante, una química muy fuerte, que aumentaría gracias a una amiga común, Patricia Téllez, su mánager entonces, quien luego nos mantendría durante años en contacto.

Al principio nos escribíamos y cuando nos veíamos hablábamos y debatíamos por horas un tema que a ambas nos trasnochaba y al mismo tiempo atraía: el creciente fenómeno del desplazamiento y la falta de educación en los niños más vulnerables de Colombia. La afinidad era enorme. Pero fue en el año 2003 cuando esa relación de amistad comenzó a evolucionar para convertirse en alianza con un objetivo común.

Shakira desde los 18 años había creado la Fundación Pies descalzos para ayudar a niños de escasos recursos, que hasta ese momento manejaba con la ayuda de sus padres. Pero estaba decidida a hacerla crecer y a proyectarla con más fuerza, por lo que quiso buscar a alguien para dirigirla y me pidió que le propusiera algunos nombres. Le ayudé en esa búsqueda, pero no se decidía por ninguno de los candidatos que le presentaba, hasta que un día me propuso que fuera yo quien ocupara ese lugar. La propuesta, por supuesto, me sorprendió, porque mi labor era más política que otra cosa y estaba en plena campaña. Su poder de convicción es tal, que finalmente decidí acompañarla en este nuevo reto, con el que ya llevo ocho años.

Desde ahí comenzamos a trabajar con mucha intensidad. Asumí el compromiso y descubrí en Shakira a una mujer que crece musicalmente en la misma proporción que lo hace en la filantropía. Y el resultado es evidente: Hoy seis mil niños, jóvenes y sus familias en regiones muy difíciles de nuestro país, hacen parte de un gran proyecto integral, que une lo público y lo privado a través de educación de primera calidad, igual a la que tendrían los niños de los sectores más privilegiados. El impacto de este modelo no se queda solo en el entorno de la escuela, llega a más de 30 mil personas de las comunidades donde tenemos presencia: Barranquilla, Quibdó y Soacha y el próximo año también en Cartagena.

Por eso, si tuviera que definirla, diría que es una mujer tierna y, al tiempo, supremamente fuerte y segura de sí misma, que tiene una capacidad increíble de manejar todos los temas de manera simultánea y profunda, así como un gran sentido de su responsabilidad. Pero, sobre todo me sorprende, cómo ha logrado movilizar a miles y miles de jóvenes en lugares tan distintos de este mundo, a que se comprometan con el reto de esta nueva generación que es hacer nuestro planeta posible para todos.





Simplemente Shakira

Por: Alejandro Villalobos

"Te mando el LP completo de la niña y tú miras si te gusta".

"En Barranquilla no me ponen a sonar en Radioactiva, ayúdame".

"Un día, vas a ser más famosa que Vives".

"Nos salió una presentación abriéndole a Paulina".

"Si Dónde estás corazón no funciona, que se vaya de la compañía".

"Esa niña canta como si tuviera arequipe en la garganta".

"A Emilio le encantó y quiere ya trabajar con ella".

"Su canción es plagio de los Pretenders".

"Un día vas a ser más famosa que Ricky Martin".

"Él no sabía, pero yo lo vi primero en un restaurante en Uruguay".

"¿Supiste que la confirmaron con la canción oficial del mundial?"

"La próxima vez, le diré que va a ser más famosa que Madonna".

Estos son algunos comentarios que recuerdo haber oído de productores, artistas, disqueros, sus mánager, disc jockey, periodistas, amigos y de ella misma. Cada quien puede tener su opinión y crítica desde sus primeros días hasta hoy, desde sus canciones y forma de trabajar, hasta su vida personal. No hay un artista, un talento colombiano, además de García Márquez, que haya sido tan mencionado en el planeta como Shakira.

Y más allá de lo que se diga, la Shakira que conozco es la que se emociona con Barranquilla, la que se derrumba si escriben mentiras de ella, la que ama a morir a sus padres, la exigente y terca cuando graba, la que no olvida a los amigos ni tampoco a los enemigos, la que sabe de dónde salió y agradece lo que tiene. Ella es el mejor ejemplo de que hay que creer en uno mismo para llegar a una meta, que la constancia, la disciplina y la vida sana son vitales para cumplir con los sueños.

La primera vez que tuve un disco de acetato de Shakira fue en 1993. Se llamaba Peligro y me lo mandó su mánager (en ese momento Eduardo Paz). Semanas después, siendo yo programador musical de Radioactiva en Bogotá, la canción Tú serás la historia de mi vida sonaba en radio, aunque no tuvo la mejor acogida por algunos dj de la emisora, que algunas veces se la saltaban en la programación.

Para finales del 94 lanzamos Nuestro rock volumen 2, con Sony, aprovechando el boom del rock local y Shakira grabó para ese disco Dónde estás corazón. La canción se convirtió en un hit total en radio y discotecas. En 1995, grabó el álbum Pies descalzos, que tuvo muy buena acogida, aunque también algún periodista radial le diría en plena entrevista que el tema Estoy aquí era un plagio de Pretenders. Me acuerdo que ella salió con sus ojos aguados y el corazón roto y durante mucho tiempo no perdonó al periodista. Pero Shakira siguió adelante y, un par de años más tarde, me invitó a los estudios de los Estefan, en Miami, y me mostró el CD Dónde están los ladrones... Se convirtió en una estrella, en un ícono del pop latino.

Con los años su éxito siguió en aumento y nuestra amistad también continuó. Son años en los que hubo momentos dulces y difíciles. Entre los primeros está cuando ella me contó de la primera vez que vio a Antonio, su gran amor, en un restaurante en Uruguay; entre los segundos, está el fallecimiento de Patricia Téllez, su mánager y amiga, que creyó firmemente en Shakira desde Dónde estás corazón. El día de la misa en Bogotá, la abracé y pude sentir su llanto ahogado y silencioso por el dolor de quien se fue siendo su cómplice.

Hace mucho no hablo con ella, pero tengo la suerte de que cuando le escribo un correo saca unos segundos para responder. Soy su amigo y también su admirador, pues me asombro cada vez que se reinventa, me impresiona su capacidad de mantenerse en ascenso en una carrera llena de competencia y con un público que, hoy más que nunca, tiene la opción de oír en la red miles de artistas, pero que la escogen a ella como una de las favoritas. Sí, admiro que una niñita modesta de Barranquilla, hoy se come los escenarios del mundo sin que se le suba a la cabeza nada diferente a la adrenalina que le da la emoción de hacer lo que más ama. Espero verla pronto en Bogotá para decirle personalmente algo que quiero le pase: "vas a ser más famosa que Madonna".

El concierto Shakira se presentará en el Pop festival el 12 de marzo en el parque Simón Bolívar (Bogotá), acompañada de la banda estadounidense Train, la mexicana Belanova y las colombianas Bomba Estéreo y J. Balvin, en un evento sin precedentes patrocinado por EL TIEMPO. Las boletas están disponibles en www.tuboleta.com.

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