Lo decía un seguidor, esta misma semana, en la web oficial de la cantante: «Me muero de ganas de que llegues otra vez a Madrid; no nos dejes de lado, que aquí también te queremos».
Y es que el idilio de Shakira con Barcelona, en todos los sentidos, ha llegado a provocar ciertos celos entre algunos de sus fans, aunque en realidad no hay para tanto: fue la estrella más celebrada de Rock in Rio 2010, llenó el Palacio de los Deportes hace sólo unos meses y hoy estará, ante más de 40.000 personas, en el estadio Vicente Calderón, la mejor prueba de que la letra de «Te dejo Madrid», uno de sus temas más conocidos y que sonará en el primer tramo del concierto, está lejos de hacerse realidad. Después de haber suspendido el miércoles en Almería por un problema con el escenario, la de Barranquilla culminará esta noche la gira española de «Sale el sol», un disco con el que ha tratado de reconciliarse con su mejor pasado después del tropezón electrónico de «She wolf», corregido mediáticamente gracias al éxito incontestable y futbolero de «Waka Waka».
Volver a los comienzos
«Este álbum representa exactamente cómo estoy, mi estado de ánimo, como artista y como mujer. Algunas de las canciones me recuerdan a mis comienzos, así que es como volver donde todo empezó, pero desde una nueva perspectiva, con el modo en que ahora veo las cosas», confesaba al publicar su nuevo trabajo. Lo cierto es que resulta difícil pensar que pueda recuperar la frescura de temas como «Ciega, sordomuda», «Inevitable», «Ojos así» y «Whenever, wherever», que de hecho forman parte de la columna vertebral de este tour, mientras que, paradójicamente, apenas suenan un par de temas de su trabajo más reciente. Pero con mayor o menor acierto en el estudio, el directo de Shakira continúa siendo una apuesta segura, ya sea apelando a los tiempos de «Pies descalzos» o «¿Dónde están los ladrones?», ya deshaciéndose en contoneos diversos, danzas del vientre y esperados movimientos de cadera. Su magnetismo sobre el escenario está más que probado y entrarán en el repertorio «Loba» o «Hips don’t lie», que garantizan la calentura.
Shakira, única estrella latina capaz de competir con reinas del pop como Beyoncé y Rihanna, dice de «Sale el sol» que es una suerte de resumen de sus veinte años en la música, y algo parecido cabe afirmar de esta gira que ya ha pasado por Barcelona y Valencia y que hoy aterriza en Madrid para repasar las distintas vertientes de la colombiana: pop, rock, arreglos electrónicos y sonidos latinos, del merengue al reggaetón. Todo eso además de ocho cambios de vestuario y una versión de Metallica («Nothing else matters») con la que la autora de «Servicio de lavandería» parece decir a sus seguidores que, igual que no se ha olvidado de Madrid, tampoco ha enterrado su lado más rockero.
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