Señoras y señores, su Excelencia, Presidente Peres –-shalom.
Es un honor estar aquí presente para la 3ra Conferencia Presidencial, y mucho más que un honor el poder estar aquí en Jerusalén, esta ciudad de ciudades
Esta conferencia está dedicada a “las decisiones cruciales que construirán un mejor mañana”. No hay mejor lugar para esto que Jerusalén e Israel. Esta tierra y cuna de la civilización ha existido desde los primeros intentos de la humanidad por trascender; y deberá estar a la vanguardia hoy y en el futuro, promoviendo la innovación y el desarrollo social.
Mi visita a la escuela de Max Rayne hoy aquí en Jerusalén-una escuela inspiradora en donde los estudiantes se educan juntos hablando tanto árabe como hebreo, aprendiendo y jugando sin diferencias - sólo me recordó, otra vez, que las decisiones más cruciales que podemos hacer para un mejor mañana conciernen como criar y educar a nuestros niños.
Yo vengo de Colombia, un país que ha experimentado décadas de conflicto. He sido defensora de la educación infantil desde que tengo 18 años, cuando comencé mi primera fundación en Colombia, la Fundación Pies Descalzos. Yo estaba convencida de que ayudar a incrementar el acceso a la educación era una de las pocas opciones que un país como el mío tenía para antídoto contra la violencia y la pobreza.
Las escuelas que mi fundación construye y opera se encuentran en zonas de conflicto y educan cerca de 6,000 estudiantes alrededor del país y atienden a más de 30 mil personas. También iniciamos un proyecto en Haití y otro en Suráfrica. Pero es en mi propio país en donde he aprendido algunas de las lecciones más valiosas.
En un ambiente conflictivo, un niño que vive en pobreza extrema y lejos de la escuela es 10 veces más propenso a ser reclutado por un grupo militante que un niño que recibe educación. Por esta razón, inscribir y mantener a los niños en la escuela puede reducir el reclutamiento infantil y la violencia.
En Colombia, una de nuestras escuelas se encuentra en Choco, un pueblo localizado en una jungla a orillas del rio, el cual ha vivido innumerables conflictos a través de los años. La escuela está en una colina, en calles cubiertas de barro. Pero tiene computadoras y un patio de recreo; la escuela es limpia, ordenada, segura y sí, ambiciosa. Los niños están ahí para aprender.
Muchos de estos niños son refugiados de guerra, o son huérfanos porque sus padres fueron asesinados. Muchos de estos niños estaban destinados a seguir los pasos de sus compañeros, y entrar en el negocio de las drogas, o ser reclutados por la guerrilla de alguna manera u otra.
Ahora tenemos niños en Choco y en otras escuelas que van a ir a la universidad. Van a ser una fuerza de paz, crecimiento económico y estabilidad en mi país. Estos niños que hemos tenido la suerte de acompañar desde la escuela primaria hasta la escuela secundaria y la universidad, son historias de éxito que me enamoran una y otra vez de la idea de defender la educación.
Estoy fascinada con el rápido poder de transformación que tiene la educación. No tienes que esperar 100 años o 50 o 20 años para ver resultados tangibles. Soy una persona impaciente y no me gusta perder mi tiempo, ni mi dinero, ni mis esfuerzos. Créanme, no hay nada que perder cuando se invierte en la educación. Es la clase de inversión social que trae resultados al estado de manera rápida y que da gran satisfacción a todos aquellos que participan en ella.
Todos los días lo veo. Vemos cambios reales, no solo en el desarrollo psico-social de los niños que obtienen una educación de calidad, sino en su desempeño dentro y fuera de las escuelas, en sus familias y comunidades. Además de eso, cada año tenemos el placer de ver graduar a una generación de individuos productivos que están listos para vivir vidas dignas. Estoy convencida, al igual que muchas personas, de que invertir en la educación es la mejor estrategia para alcanzar la paz y la estabilidad global, y mientras más pronto, mejor. La inversión temprana en la educación y la nutrición infantil, y una asistencia médica básica desde el nacimiento hasta los 6 años son esenciales para que un niño desarrolle las cualidades físicas para aprender: para tener un buen desempeño en la clase y también en la vida.
Mientras los niños crecen y comienzan a aprender, la inversión de la familia –la inversión psicológica y social- aumenta y se profundiza. Los valores del niño aumentan cada vez más, los valores sociales de la familia aumentan y los valores de la comunidad aumentan.
No existe otra inversión que tenga esta clase de efecto social multiplicador. No existe nada como esto. Es algo increíble nutrir, ver crecer y sembrar. Y esta es, yo creo, la sustancia de la paz.
Estoy muy feliz de estar en Israel, porque creo que es el lugar ideal para hablar acerca de lo importante que es hacer de la educación una prioridad. Israel ha sido un increíble crisol de culturas por muchos siglos, y continuará siéndolo. En mi canción, “Waka Waka”, canté acerca de que todos somos África. Hoy quiero decir que como parte de la civilización occidental todos somos herederos de una cultura y un alma Abrahámica que ha sido forjada aquí, y por lo tanto también somos Israel.
Israel, madre de la cultura y de la espiritualidad humana, puede ayudar a guiar la próxima generación. Como humanidad, tenemos muchos problemas compartidos que resolver. Piensen acerca del agua en el Medio Oriente, el calentamiento global, las enfermedades y la desigualdad. Nuestro futuro no está asegurado.
Necesitamos ahora, más que nunca, educar nuestra mente, sin pensar de donde son los demás y en que creerán. Mentes que estén listas para enfrentar estos problemas compartidos y buscar soluciones en común.
Necesitamos preparar a los científicos del mañana, los doctores, los físicos, los ambientalistas, e incluso a los artistas del mañana. Los niños de hoy tienen inmensas responsabilidades que les esperan. Preparemos a esta generación, nutrámosla cuerpo y mente. Necesitan estar listos. Démosle seguridad y todo el amor y el apoyo que podamos. Imaginemos que estos niños son un gran centro de estudios. Una generación de innovadores. Agentes de cambio, como el Presidente Peres diría.
Ellos nos necesitan y nosotros los necesitamos. El futuro necesita desesperadamente que estos niños tengan éxito. Creo en la educación para la prosperidad, la educación para la paz.
Muchas gracias por su atención.
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