Entrevista a Shakira desde Berlín, para la revista "Cosas" de Perú

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Loca enamorada Exclusivo, desde Berlín. Este 25 de marzo Shakira estremecerá Lima en el Pop Festival. La mujer más sensual de Colombia habla sobre la música, el sexo y el amor; revela cómo hizo para sobrevivir a la loba del disco anterior, volver a sus raíces con su trabajo más reciente titulado “Sale el sol” y disfrutar de su año más interesante como una “loca”, “enamorada de su trabajo y de su vida”.

Su último álbum se titula “Sale el sol”. Pero es casi mediodía, y el sol ya salió en Berlín. Shakira aterriza en un jet privado en el aeropuerto de Schoenfeld. Nos ha invitado a subir a un Porsche que la llevará a su hotel.

–Acabas de llegar de viaje y ayer estuviste libre. ¿Cómo lo pasaste?
–En la cama.

–¿Sola?
–Sí (ríe). Dormí casi todo el día. En verdad, lo necesitaba.

– Con el 2010 que tuviste no me extraña que no descansaras mucho.
–Tienes razón, fue un año increíble. El Mundial fue maravilloso, “Waka waka” fue lo máximo y ahora tengo la impresión de que el mundo realmente adora mi álbum nuevo “Sale el sol”. Esta vez canto en gran medida en castellano; y esto le gusta a la gente. Además, estuve de gira en Estados Unidos, donde hicimos 35 shows y ahora estaremos con ustedes. Me siento muy bien.

–Es un disco muy veraniego y divertido.
–Me volqué completamente al trabajo creativo de las canciones. Escribí un par de ellas en diez minutos. Así que volví a tener confianza y redescubrí el amor por mi trabajo. Mi álbum anterior “She Wolf” fue poco espontáneo y demasiado pensado. Tal vez estuve buscando un sonido nuevo que al final no me quedaba bien. Por eso quise que “Sale el sol“ derramara optimismo.

–¿Optimismo?
–¡Exactamente! Porque yo también lo siento en mi vida personal. El 2010 ha sido mucho mejor para mí que el 2009. Este disco es la expresión de mi estado de ánimo actual.

–¿Qué cambió en tu vida para que te sintieras mejor?
–Estuve muy estresada el año pasado, tanto en mi vida privada como profesional. Grabar “She Wolf” fue muy agobiante; después estuve viajando muchos meses por diferentes países para hacer la promoción. Fue un círculo vicioso. Tenía la impresión de hacer un trabajo de oficina que ya no me interesaba. Estaba un poco frustrada, enervada; y eso se transmitía al resto de mi vida.
–¿Y eso ya pasó?
–¡Sí! De momento me siento como una mariposa. Ahora tengo alas bellas y coloridas.

–No parecías una oruga en el video de “She Wolf”; lucías muy sexi.
–Parecía muy extrovertida, pero la verdad es que cambié, evolucioné y ahora estoy más feliz. Me hizo muy bien que “Waka waka” fuera un éxito mundial. También el mes que pasé en Sudáfrica fue maravilloso. La pasé increíblemente bien viendo a todo el mundo de fiesta.

–Dices que estuviste estresada en tu vida privada.
–A veces las cosas no salen bien. No pasó nada fuerte, tampoco quiero contar todo. Solo puedo decir que estoy feliz de haber dejado los problemas atrás. Uno no está siempre de buen humor y a veces yo también tengo malas pulgas.

–¿Shakira también tiene días tristes?
–¡Pero claro! De vez en cuando me siento sola, cansada e infeliz. En estos días mi vida no me parece colorida, sino gris y monótona. Igual, creo que esto es muy humano, nada dramático. No soy ninguna superheroína.

–Parece mentira que Shakira, que siempre está tan suelta, también tenga sus momentos melancólicos.
–¿Y por qué? No soy de las personas que andan malhumoradas, pero tengo mis días (ríe). Sobre todo cuando no he dormido lo suficiente. Es cierto que en general vivo festejando. No quiero cacarear demasiado, pero me siento enamorada. Enamorada de mi trabajo y de la vida.

–Vaya…
–El amor no es estático, cambia. Esto me parece muy emocionante. La vida simplemente no sigue siendo la misma, aunque uno lo desea así a veces. Mi vida, mi carrera, mi amor, incluso mi sexo. Nada permanece como es.

–¿Tu vida sexual cambió?
–¡Claro que sí! Si no sería muy aburrida. Pero estas cosas no cambian solas. Siempre hace falta un cierto esfuerzo si quieres crecer, no importa en qué ámbito (vuelve a reír).

–Es divertido que estés comparando tu música con tus predilecciones en la cama.
–La música y la vida sexual no son tan diferentes. Quiero estar siempre feliz en ambas.

–Entonces, voy a pedirle un consejo sexual a Shakira.
–¡Ja! ¡Tampoco me siento tan calificada como para dar consejos en público! Cada uno tiene que descubrir lo que le gusta. No soy ninguna Dalai Lama del amor.

–Conoces al Dalai Lama, ¿no?
–Sí, lo conozco un poco. Él está en otro nivel. Mejor pregúntale a él cómo mantener el amor a través de los años.

–¿No casarse es parte de eso? Leí que cuando estabas con Antonio preferías ser su amante que su esposa.
–Su amante no, su novia.

–¿Por qué?
–Porque así tienes al hombre bajo control. No se vuelve travieso pensando que ya tiene todo listo. Una vez casados, los hombres se vuelven vagos y descuidados. Dan por sentado que estás con ellos, paran de trabajar en la relación y dejan de hacer esfuerzos. Estoy segura de que las relaciones funcionan mejor cuando estás de novia que cuando estás casada. Igual, casarse debe ser música celestial, aunque no puedo saberlo porque nunca lo hice.

–¿Te parece que los latinos son más machistas?
–No creo. Salvo pequeñas diferencias, los chicos son todos iguales. Creo que los hombres son cazadores y conquistadores, mientras que las mujeres quieren ser conquistadas. Mi teoría es que las mujeres no deberíamos quitarles este sentimiento de cazadores a los hombres.

–Pero, hoy en día, las mujeres son también cazadoras. No pareces muy tímida ahora.
–Si se trata de hombres, sí soy tímida. Sé que los roles ya no son tan fijos, pero genéticamente es así. Los modelos de conducta que persisten desde hace miles de años no se cambian en un par de décadas. El ADN del hombre es y será así. No podemos ignorarlo.

–¿Te parece que como mujer latina, moderna y segura, sirves de ejemplo para otras mujeres?
–Puede ser que mucha gente se sienta inspirada por mí, aunque no me esfuerzo por hacerlo. Para mí fue muy importante realizar mis sueños; siempre quise lograr mucho, desde que era adolescente me fijaba metas altas. Soy tenaz, persistente, a veces cabeza dura. Y necesité ser así porque no se me regaló nada. Soy una mujer de un país que en mi infancia formaba parte del Tercer Mundo, que todavía es pobre y está marcado por la guerra civil y las drogas. Si naces en Colombia, la posibilidad de no hacer algo especial de tu vida es bastante alta. Y quien nace pobre, en general, se queda pobre toda su vida porque es muy difícil y caro conseguir una educación adecuada. No podemos seguir así. La educación debería ser un derecho humano, no un lujo. Sea como fuere, desde que era niña tuve que luchar por mis sueños. Y tuve que mantenerme firme en un mundo chauvinista como es el de la música. Y hoy me siento orgullosa. Mi vida demuestra que también es posible para la gente –especialmente para mujeres– de países marginales tener éxito en lo que hace. Me gusta compartir mis experiencias con mujeres que viven en sociedades que las reprimen, que las mantienen en inferioridad de condiciones o donde no tienen las oportunidades que merecen.

–Con tu fundación Pies Descalzos luchas por mejorar la educación en tu país.
–La educación es clave para alcanzar la prosperidad y la realización personal. La educación no debe depender de la prosperidad de tu familia. El país que quiera desarrollar su economía necesita educar a su población. Mientras más alto sea el número de graduados universitarios, mejor estará el país económicamente. Cada año en el que una chica asista a la escuela, sus ingresos futuros subirán un veinte por ciento. Imagínate qué salto podrían dar estas sociedades apoyando, incentivando y animando a las jóvenes a aprender y a educarse.

–Estamos haciendo esta entrevista en un Porsche y acabas de llegar a Berlín en un jet privado. ¿Te resulta enriquecedor conocer ambos mundos?
–Creo que no hay que sentirse culpable por haber hecho realidad un sueño y que, como resultado, se haya ganado mucho dinero. Hay que disfrutarlo después de haber trabajado tanto. Y sí, me crié en Latinoamérica, en Colombia, donde millones de chicos crecen en desigualdad por razones de pobreza y de guerras civiles. Estoy convencida de que fue la educación la que me permitió alcanzar esta vida. Si no hubiera ido a la escuela, si mis padres no me hubieran apoyado tanto, seguro que hoy no volaría en un avión y menos en un jet privado. Pude hacerlo porque tuve la suerte de recibir una buena formación escolar. Es por lo que lucho hoy. Estoy segura de que todos los chicos tienen habilidades. Uno juega bien al fútbol; otro anda bien en matemáticas; otros son muy sociables. Es nuestra obligación hacer florecer sus talentos.

–Uno de tus últimos éxitos se titula “Loca”. ¿Cuándo fue la última vez que te sentiste verdaderamente loca?
–La canción trata sobre olvidar todo lo que me dicen y hacer lo contrario. A veces hay que seguir el camino del corazón y no hacer lo que otros esperan que hagas. En la vida real, ¿soy tan loca como en el video de “Loca”, donde bailo desenfrenadamente en una fuente pública? No. En realidad soy una persona bastante analítica y lógica. Pocas veces actúo de manera imprudente. Normalmente calculo qué efecto puede tener mi comportamiento. Por otro lado, sé que es muy importante hacer lo que te dicta tu corazón.



–Entonces, ¿hiciste algo loco últimamente?
–Solo en el video. Descargo mi personalidad loca en gran parte a través de mi trabajo.

–¿De qué trata tu canción “Gordita”? Si lo entendí bien, es un himno a las mujeres gordas.
–Casi. Se trata de un hombre que dice que le gustaba más cuando era regordeta, cuando era una gordita con pelo negro.

–Hoy ya no eres gordita. ¿Te gusta más tu estilo rubio, con el cuerpo fit?
–Me siento bien como soy. Pero también me sentía bien quince años atrás, me quería a mí misma cuando era una gordita morocha y ahora también. No intento ser perfecta, no sueño con ser una belleza impecable. Lo mejor es sentirte bien por dentro.

–Siempre estás llena de energía. ¿Existe un día en el que no hagas nada o en que solo leas un libro?
–¡Por supuesto! Me encanta estar relajada y observar lo que pasa alrededor. Suelo hacer silencio y respirar profundamente. No soy de los que están siempre tensos, me encantan los momentos de ocio. Leo buenos libros, preferiblemente con contenido histórico. También solía pasar días en el sofá con mi novio viendo películas estúpidamente románticas, o series. Una de mis preferidas es “Seinfeld”.

–¿Cuánto ejercicio hace falta para hacer la danza del vientre?
–Me crié con la danza, está en mi ADN. Pero no soy una bailarina profesional. Para mantenerme en forma hago lo mismo que todos los demás: casi diariamente voy al gimnasio e intento no comer demasiados carbohidratos ni chocolate, cosa que es un verdadero sacrificio para mí; ¡adoro el chocolate! Mi cuerpo precisa de mucha atención y de mucho cuidado. Si no hago nada, se nota rápidamente.

–Canciones como “Waka waka” o “Hips don’t Lie” no solo son hits, son superhits mundiales. ¿Tienes una explicación simple sobre por qué todo el mundo conoce y ama tus canciones?
–Sí, estas canciones tienen algo en común: son globales. Son combinaciones y fusiones de varias culturas distintas y transmiten mucha felicidad. Estoy segura de que toda la gente quiere disfrutar la vida. Estas canciones sirven para esto. Si todo el mundo se vuelve loco con mis canciones, entonces hice bien mi trabajo.

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